lunes, 1 de mayo de 2017

Un balcón natural: Peña de Arias Montano


   A pocos kilómetros de Alájar, se encuentra el conocido como balcón de la Sierra, la Peña de Arias Montano debe su nombre al teólogo y humanista Benito Arias Montano (s. XVI), que se instaló aquí atraído, como otros muchos, por el misterio que rodea el lugar y quedó cautivado por su entorno.
   Existen muchas leyendas populares que relatan sucesos misteriosos, desde muy antiguo ha sido un lugar mágico donde  ya los celtas realizaban rituales de adoración a la naturaleza. En la actualidad es un importante punto de peregrinación, de todos los pueblos de la sierra, y de devoción a la Virgen de los Angeles.



   Bajo la peña existen numerosas cuevas inexploradas y manantiales, constituye una atalaya privilegiada para perder la mirada en el horizonte serrano, las vistas son excepcionales.
    En este espacio se ubica la Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, s. XVI, donde se celebra el día 8 de septiembre la romería que reúne a vecinos de los pueblos cercanos, entorno a esta imagen, el edificio posee una nave con arcos apuntados sobre pilares adosados.




   En el borde de este balcón natural se encuentra el campanario, con espadaña de estilo neoclásico, y las garitas de planta circular y bóveda de estilo renacentista.




     Delante de la ermita está situada una portada conocida como el "arco de los novios", se cree que era una puerta de acceso a un jardín que creó Arias Montano, es de estilo renacentista y se compone de dos semi columnas y un arco. Dice la leyenda que los novios que pasen por debajo cogidos de la mano pronto se casarán.


     Cuenta el lugar con una zona recreativa y una manantial con fuente que no suele agotarse, así como el Centro de Interpretación de  Arias Montano, donde conocerás más datos sobre este personaje.


  No te irás de la Peña sin comprar alguno de los productos que nos ofrecen en los puestos y tiendas, tanto de cerámicas típicas como miel, especias, castañas, almendras, etc. 


  Puedes completar la excursión a la Peña, subiendo al mirador por un camino que está frente a la ermita y desviándonos por el camino a la derecha, tiene una pendiente algo inclinada, pero las vistas desde allí recompensan el esfuerzo, sobretodo si tienes la suerte de disfrutar de un día despejado.